viernes, 10 de diciembre de 2010

Pensar en comida reduce el apetito



La clave es imaginar un plato con mucho detalle.
Un grupo de científicos descubrió que las personas que piensan con todo detalle en una comida no tienen más apetito; sino menos.

Siempre se ha creído, y no sólo entre los legos, que al pensar, por ejemplo, en un pollo asado inmediatamente se desatan las ganas de comerlo.

Sin embargo, expertos de la U. Carnegie Mellon de Pittsburgh, Pennsylvania, descubrieron que todo este proceso es mucho más complicado. En un artículo de la revista "Science", los científicos explican que si bien un pensamiento superficial en una comida abre el apetito, mientras más detalles se imaginen más se reduce el hambre. Por lo tanto, para contener el deseo de comer no hay que reprimir los pensamientos respecto a las comidas.